¿Qué propone la cultura slow para vivir mejor? Este estilo de vida propone disfrutar con calma. Descubre cómo este movimiento se cruza con el vino orgánico
Suelos sanos, biodiversidad y parras longevas, son solo algunos de los factores que te ayudarán a distinguir un viñedo orgánico. A continuación, te contamos algunas de su características más importantes.
Ya debes conocer más de una razón de por qué los viñedos orgánicos pueden ser más amables con el medio ambiente e incluso para tu cuerpo. Ciertamente, reconocerlos en una botella es muy fácil, ya que la mayoría de las veces tienen un sello en la etiqueta que lo indica. Sin embargo, en el caso de distinguir a la viñas es más complejo que eso, por eso hoy te enseñaremos diferentes factores en los que fijarte.
En primer lugar, analiza cómo son sus suelos, definitivamente los de una viña orgánica lucirán saludables y llenos de vida. Esto es lógico, porque al tener prácticas naturales y manuales, los animales e insectos que vivían ahí antes de la intervención humana: ¡regresan!
Asimismo, comienzan a ser parte del proceso sustentable; por ejemplo las ovejas comen la maleza y pisan los suelos, ayudando a que sea un suelo vivo. Mientras tanto, se incorporan insectos que son enemigos naturales de especies que pueden ser un problema.
En viñedos orgánicos, casi no existe enfermedades y esto también se ve reflejado en parras más longevas, que tienen cientos de años debido evolución y cuidados naturales. De esta forma, con tierra trabajada por seres vivos, los suelos respiran produciendo un mejor trabajo en microorganismos. Desde luego, las raíces caban aún más profundo y mientras mejor sea el suelo, mejor alimentadas serán las parras.
Como no se usan fertilizantes ni herbicidas químicos, las vides se nutren solo de los suelos y sus respectivos minerales, lo que más tarde se verá reflejado en las uvas y por supuesto, en el sabor del vino marcado por el carácter del lugar.
No está demás decir que una viña orgánica produce terroirs sustentables en el tiempo, producto del fomento a un ecosistema diverso. La prohibición a los pesticidas, por ejemplo, es una forma de proteger y cuidar esta comunidad de seres vivos.
Una viña orgánica trabaja con la naturaleza y no en contra de ella, motivando y protegiendo la biodiversidad. Así, se convierte en un ecosistema capaz de combatir problemas por sí mismo, eliminando la necesidad de productos químicos. Por eso, podrás reconocer una si posee suelos saludables, parras con muchos años y una amplia variedad de insectos y animales.
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¿Sabías que una misma variedad de vino puede ser muy distinta de otra dependiendo del lugar donde haya sido plantada?
¿A qué nos referimos cuando decimos que una viña orgánica ejecuta procesos sustentables? Revísalo en este blog.