¿Qué propone la cultura slow para vivir mejor? Este estilo de vida propone disfrutar con calma. Descubre cómo este movimiento se cruza con el vino orgánico
Cada año se hace más evidente la necesidad de preferir productos que sean elaborados de manera consciente. Aquí te damos tres razones para que en tu próxima compra te decidas por un vino orgánico.
Con la disponibilidad de información que tenemos en 2020, los consumidores hemos podido hacernos más conscientes de nuestras decisiones. Además de entender que todo lo que comemos o tomamos puede tener un impacto en nuestra salud, también podemos ver cómo los distintos procesos pueden destruir la naturaleza y el entorno. Hoy es fácil visualizar las consecuencias de muchas industrias que han explotado terrenos sin responsabilidad o que han elaborado productos que poco conservan de natural.
Esperamos que con estas tres razones te animes a probar.
Tal como te contamos en un anterior blog, los vinos orgánicos suelen reflejar de manera más fiel el lugar de donde provienen. ¿Por qué? Principalmente porque en su elaboración no se utilizan fertilizantes, lo que permite que las parras puedan realmente nutrirse del suelo y de los minerales que naturalmente poseen. En el mismo artículo mencionamos el ejemplo de los productos hidropónicos; por lo general lucen perfectos, pero carecen de sabores reales.
Aunque hay quienes dicen que las diferencias entre un vino orgánico y uno convencional son imperceptibles para paladares poco experimentados, no debes olvidar otro factor relevante: un vino orgánico es elaborado con uvas sanas y poco intervenidas. Por lo tanto, no hay duda de que se trata de un producto más natural, fresco y con un sabor más concentrado. A su vez, la ausencia de muchos químicos, permite conservar mayor cantidad de nutrientes, vitaminas y minerales. Por ejemplo, solo se utilizan levaduras nativas.
Tal como mencionamos, la elaboración de vino orgánico rechaza el uso de químicos y promueve la biodiversidad. Como explica la página Savage Vines, la utilización de este tipo de productos puede alterar el ph del suelo, matar insectos y malezas que es beneficiosa. Además puede contaminar aguas subterráneas y las vías fluviales locales. Por eso, el proceso de este tipo de vino es mucho más ecológico.
En el blog Qué diferencia al vino orgánico del tradicional puedes revisar algunas prácticas típicas de su producción. Entre ellas, la elaboración de compost a partir de los mismos residuos que genera la vendimia.
Los vinos orgánicos son mucho más responsables con el medio ambiente y la salud de los consumidores. Por ejemplo, suelen utilizar sistemas de regadío inteligentes que permiten no desperdiciar este escaso recurso. Esto permite evitar sequías y otras consecuencias del uso indiscriminado.
Elegir un vino orgánico no es solo escoger un producto más auténtico y saludable, sino que también es cuidar los suelos y ser consciente con todo lo que pasa alrededor de los viñedos. Hablamos de productos que son sostenibles en el tiempo y que buscan ser parte de una economía circular. No se trata simplemente de una tendencia, sino que demuestra nuestro compromiso como consumidores.
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¿Sabías que una misma variedad de vino puede ser muy distinta de otra dependiendo del lugar donde haya sido plantada?
¿A qué nos referimos cuando decimos que una viña orgánica ejecuta procesos sustentables? Revísalo en este blog.