Paella, gazpacho, atún con salsa de frutos rojos y pasto con pesto de albahaca. Cuatro alternativas para disfrutar en el verano.
¿Por qué es una de las cepas blancas más cotizadas? Aquí te contamos sobre sus aromas, sabores y orígenes.
El vino chileno es reconocido por su excelente calidad alrededor de todo el mundo. Dentro de todas las variedades que el país ofrece, sin lugar a dudas, una de las cepas blancas más cotizadas es la Chardonnay. ¿Por qué? Como explica este artículo de Wine Folly, en Chile el Chardonnay se caracteriza por agregar toques extra de acidez a los clásicos aromas a frutas tropicales. Esto se debe a la influencia de la fría brisa del Océano Pacífico y el particular clima de la costa.
Aunque sus orígenes se remontan a la región de Borgoña en Francia, puede crecer en distintos lugares con diversos climas. Dependiendo del clima y de la tierra en la que esté plantada tiene una expresión distinta. En Chablis, donde el clima es frío, los vinos son delicados y profundos. Pero en lugares calurosos como California, se dan vinos algo más grasos y mayor volumen.
La publicación incluso recomienda ciertas apelaciones para encontrar excelentes muestras de este vino blanco, entre ellas Casablanca, justamente de donde proviene nuestro Chardonnay; que se caracteriza por su cremosidad y delicadeza.
Y así como es una de las cepas más cotizadas en el mundo, para el consumidor promedio en Chile también sigue siendo una de las más populares. De hecho, contamos con las mayores plantaciones de Chardonnay en Sudamérica con 11.297 hectáreas (correspondiente al 8% de la plantación de vino a nivel nacional).
Primero, hay que destacar que esta es una de las pocas uvas que puede dar vinos blancos con largo potencial de madurez y envejecimiento.
La uva del Chardonnay llegó a Chile hace solo unas décadas atrás (aquí no llegaron las cepas bordalesas que se importaron en el siglo XIX). Su auge coincide con el redescubrimiento del valle de Casablanca y la viticultura de influencia costera.
En términos generales, existen dos tipos de Chardonnay: están aquellos que son jóvenes y frescos, destinados a consumo rápido (entre 2 o 3 años) y, por otro lado, los que tienen una segunda fermentación (maloláctica) y pasan por guarda en madera de roble, lo que produce una giro a aromas y sabores como mantequilla o suero de queso, así como de de notas de frutos secos. Los últimos se caracterizan por ser más pesados y complejos en boca.
De estas diferencias dependerá el maridaje. Para aquellos más jóvenes, los ostiones, machas, almejas o pescados de carnes blancas y magras, pueden ser una excelente combinación. Los sabores más fuertes como el piure, los erizos o pescados como salmón o albacora, van perfecto con un Chardonnay de guarda.
Sin embargo, independiente del tipo, un buen Chardonnay chileno siempre tendrá notas frutales y un cuerpo medio (más grueso que el Sauvignon Blanc). Por ejemplo, se pueden identificar plátano y piña madura, además de un final marcado y más bien largo.
La Chardonnay es una de las dos variedades que se utiliza para hacer champagne. La otra es Pinot Noir. Asimismo, se utiliza para la elaboración de otros espumantes.
Paella, gazpacho, atún con salsa de frutos rojos y pasto con pesto de albahaca. Cuatro alternativas para disfrutar en el verano.
≫ Estas dos categorías son de suma importancia a la hora de entender los vinos y sus cepas. Aprende más sobre sus diferencias en esta guía ✨.
En el mercado existen más recipientes para guardar el vino, como tinajas de greda o barro, estanques de acero, estanques de cemento o huevos de cemento.