¿Qué es el cuerpo del vino y cómo identificarlo?

Si vas a participar de una degustación o cata, te invitamos a conocer este término que probablemente no dejarás de escuchar.

En artículos anteriores nos hemos referido a conceptos clave que te ayudarán a entender mejor el mundo del vino. El cuerpo se refiere, en términos generales, a la manera en que percibimos el vino dentro de la boca. Esto se determina -tal como explica este artículo de Wine Folly– por una combinación de diversos factores: variedad de uva, acidez, taninos, nivel de alcohol e incluso la cantidad de azúcar. Cada uno de estos aspectos contribuyen a que los vinos tengan menor o mayor densidad.

El cuerpo de un vino puede ser ligero, medio o completo. Donde el de cuerpo ligero es aquel que se siente más liviano y menos denso en la boca, y el de cuerpo completo el que cubre cada esquina de tu paladar y es más grueso.

¿Cómo determinar el cuerpo de un vino?

Lo principal es poner atención a los siguientes puntos:

Nivel de alcohol: Cuando un vino tiene más del 14% de alcohol es probable que tienda a tener más cuerpo.

Guarda: Por ejemplo, los vinos añejados en barricas de roble fresco a menudo tienen un sabor más denso y envolvente. ¿Cómo saber si un vino es de guarda? Por lo general aparece en la etiqueta de la botella.

Tipo de clima: A pesar de que depende de diversos factores de la vinificación, las uvas que son cultivadas en climas más cálidos suelen ofrecer vinos con más cuerpo.

Azúcar: Los azúcares de uva no fermentados que quedan como residuos en un vino, aumentan el cuerpo.

Variedad de uva: Ciertas variedades de uva producen vinos con más o menos cuerpo (abordamos con mayor profundidad a continuación). Si bien, hay vinos blancos y rosé con cuerpo –como explica el sitio Cata del vino-, la mayor parte de los vinos con cuerpo suelen ser tintos. Una excepción puede ser el Chardonnay, que se considera un vino blanco con cuerpo debido a la crianza en barrica.

Vinos tintos de cuerpo ligero: Suelen tener una graduación alcohólica promedio (10 a 14°), taninos más suaves y un color de intensidad intermedia. En cuanto al sabor, son más suaves dado que tienen menos taninos (son menos astringentes). Ahora, si son cultivados en climas más fríos, tienden a un sabor un poco más especiado por el aumento de la acidez. Entre ellos encontramos el Pinot Noir, Gamay, Cinsault y Frappato.

Vinos tintos de cuerpo medio: Por lo general, solemos percibir que los vinos con mayor acidez tienen un sabor más ligero. Por lo tanto, aquellas variedades con una acidez más equilibrada, entran en la categoría de cuerpo medio. Asimismo, influye cómo se elaboran. Por ejemplo, un Merlot que tiene menos de 14% de alcohol y menos tiempo de envejecimiento en madera también puede tener un cuerpo medio. Entre ellos están: Sangiovese, Garnacha, Carménère y Cabernet Franc.

Vinos con cuerpo completo: En esta categoría los taninos son fundamentales, además encontrarás mayor nivel alcohol y menor acidez. El envejecimiento de los vinos en barricas, no solo puede aportar diversos sabores como vainilla, cedro y especias, sino que también suele suavizar los sabores. Otro punto importante es el glicerol, una sustancia que se deriva naturalmente de la fermentación de uvas y que aumenta la percepción del cuerpo del vino. En este grupo encontramos Malbec, Syrah, Cabernet Sauvignon, Petite Syrah y Tannat. 

En definitiva, el cuerpo no es la característica que indica la calidad del vino. Se deben dar un conjunto de factores como el balance o equilibrio, la estructura, entre otros, para que pueda ofrecer una sensación agradable al consumidor.