¿Qué propone la cultura slow para vivir mejor? Este estilo de vida propone disfrutar con calma. Descubre cómo este movimiento se cruza con el vino orgánico
Sin pesticidas, herbicidas ni fungicidas, el vino orgánico se destaca por tener un sabor más expresivo y reflejar las verdaderas características de los suelos de donde proviene. Aprende sobre sus rasgos distintivos y la forma como se produce.
Las prácticas orgánicas en la elaboración de vinos aseguran las mejores condiciones para el desarrollo de la parra. Así se consiguen viñedos más sustentables en el tiempo.
Suelos vivos y equilibrados dan lugar a uvas de calidad que expresan el máximo potencial del terroir, dando paso a vinos con carácter, auténticos y expresivos.
De ahí la diferencia entre los vinos orgánicos y los tradicionales, una pregunta que se plantean los amantes de esta bebida que buscan experiencias más intensas e íntimas.
Y es que, según cifras de la Subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, la exportación por parte de las viñas del país, en 2017, fue cercana a los $43 millones de dólares.
Eso demuestra un interés creciente por este tipo de bebidas elaboradas de forma amigable con el medio ambiente. Pero, pasemos a entender qué es un vino orgánico:
Como bien explica este artículo de Wine Folly, para producir este tipo de vinos se debe implementar un conjunto de prácticas que aseguren su calidad. En ocasiones, se recurre incluso a los aditivos.
Sin embargo, en el caso de Veramonte, no se usa ningún ingrediente de origen animal (vinos veganos), no se emplean aditivos y se garantiza una cantidad mínima de sulfitos.
Los sulfitos son derivados del azufre usados para conservar los alimentos y las bebidas.
En Estados Unidos, estos vinos deben elaborarse con uvas producidas orgánicamente, sin agregar sulfitos. En cambio, en Europa y Canadá, se permite la adición de algunos sulfitos.
La diferencia entre vino orgánico y tradicional se empieza a configurar desde las prácticas orgánicas que rodean la siembra y cosecha de la uva. Entre las más implementadas están:
Si eliges los vinos orgánicos puedes estar seguro de que su proceso de fabricación obedeció a prácticas sostenibles.
La diferencia entre vino orgánico y tradicional más importante es que el primero no tiene fertilizantes, por lo que la parra se nutre de los suelos y de los minerales que este contiene.
Si hacemos un comparativo con los alimentos, podemos tomar el ejemplo de la lechuga hidropónica. Esta se ve limpia y perfecta pero no tiene mucho sabor, a diferencia de la cultivada en un huerto.
En resumen, es volver a la forma como se producía vino hace cinco décadas. Aunque hoy se cuenta con tecnología y conocimientos del agro mucho más avanzados.
Para los viñateros, la tarea es hacer crecer, de forma natural, una uva fuerte, saludable y resistente a plagas e inclemencias climáticas.
Ya está claro que un vino orgánico tiene mucho menos impacto en el medio ambiente que un vino de viñedo convencional.
Pero debes saber que producir y llevar al mercado vinos orgánicos implica obtener una certificación para garantizar que:
El vino orgánico es libre de pesticidas, herbicidas y fungicidas, los cuales pueden acumularse de forma residual en las uvas que se utilizan para su elaboración.
A diferencia de los viñedos en donde se producen vinos orgánicos, quienes producen vino convencional fumigan regularmente sus campos para proteger a las plantas de enfermedades.
¡Dichos químicos van a parar a tu copa de vino! Así lo explica este artículo del medio inglés The Guardian.
Como ya te contamos en el blog Del campo a la mesa: la importancia de los productos locales, la agricultura orgánica se preocupa por tener suelos sanos y llenos de vida, haciendo que los viñedos sean sustentables en el tiempo.
Por otra parte, al no usarse pesticidas se hace necesario proteger y cuidar a los enemigos naturales de las plagas, para garantizar el control biológico de las mismas.
Al no tener fertilizantes, la planta se nutre de los suelos y de todo su contenido mineral, por lo que las uvas muestran el verdadero carácter del lugar de donde provienen.
Todos los productos orgánicos deben contar con una certificación otorgada por el Servicio Agrícola y Ganadero de Chile.
Por ley, los vinos orgánicos deben contar con una menor cantidad de sulfitos, lo que también contribuye a una mayor expresividad.
Los vinos orgánicos usan solo levaduras nativas, que se encuentran en estado natural en el viñedo. Por eso, no es necesario añadir nada de forma artificial.
Como puedes ver, son varios los beneficios de elegir vinos orgánicos. ¿Qué esperas para disfrutar uno?
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¿Sabías que una misma variedad de vino puede ser muy distinta de otra dependiendo del lugar donde haya sido plantada?
¿A qué nos referimos cuando decimos que una viña orgánica ejecuta procesos sustentables? Revísalo en este blog.