Si bien las tres apuntan en una dirección similar, existen distintivos entre ellas y el vino que elaboran. Aquí te contamos cuáles son.
Cada vez son más los consumidores que optan por marcas que cuidan el medio ambiente y su entorno. Por lo tanto, las empresas también han empezado a comprometerse y revisar sus procesos, de manera de ofrecer productos que vayan en esa línea.
De hecho, hoy hay marcas que van un paso más allá. ¿Sabías que hay un sello internacional que identifica a aquellos productos involucrados con el comercio justo y cadenas de suministro responsables? Fair For Life es una validación internacional que supone el compromiso (tanto del comprador como de la empresa) de pagar un 5% adicional al precio de venta, para financiar proyectos relacionados con los trabajadores más vulnerables de esa organización. Este es el caso de Viñedos Veramonte.
Como puedes ver, existen diversas iniciativas que van en una dirección más consciente y comprometida. En esa línea, ¿qué estás eligiendo al comprar un vino sustentable versus uno orgánico o biodinámico?
A pesar que denota una preocupación de la empresa por el medio ambiente, no significa que esté necesariamente certificada como orgánica o biodinámica.
Sin embargo, quiere decir que la empresa se involucra en prácticas ecológicas como limitar o eliminar los desechos químicos y el uso de pesticidas, también de replantar cultivos o árboles para reemplazar los cosechados para la producción, reducir la huella de carbono, llevar a cabo iniciativas de eficiencia energética, utilizar envases reciclados, conservar la vida silvestre y otras prácticas verdes.
Tal como explica este artículo de Vinetur, cuando se habla de vinos sustentables se tiene en cuenta, entre otros factores, el seguimiento de la huella de carbono y la huella hídrica.
El viñedo orgánico funciona con prácticas que son amigables con el medio ambiente y promueven las condiciones naturales. Al respetar los ecosistemas, sus suelos se ven saludables y llenos de vida. Asimismo, el fomento de la biodiversidad ayuda a que el viñedo sea sustentable en el tiempo.
Como vimos en un anterior artículo, las prácticas orgánicas hacen que un ecosistema sea capaz de combatir problemas por sí mismo, eliminando la necesidad de productos químicos. Hablamos de elaboración de compost, cultivo entre hileras, poda y manejo de canopia, conservación de flora y fauna, incorporación de animales, entre otras.
Entonces, un vino orgánico es el que se obtiene de uvas cuyo tratamiento excluye productos químicos como fertilizantes, herbicidas, pesticidas y fungicidas.
Gracias a la certificación que entregan organismos como el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), se puede acreditar un correcto proceso de cultivo y elaboración, para así, asegurar aspectos como que las uvas estén libres de químicos perjudiciales durante el proceso de elaboración, que idealmente utilicen levaduras nativas o naturales (no artificiales), entre otros puntos.
En este caso, lo primero es entender qué es la agricultura biodinámica, como explica Vinetur, esta se basa en las teorías del filósofo y académico austríaco, Rudolf Steiner que considera a todo el viñedo como una sola entidad autosustentable.
La vinicultura biodinámica es la manifestación de la interconectividad de la tierra, las vides y el sistema solar, con un calendario que establece qué días son los mejores para la cosecha, la poda y el riego, así como cuáles simplemente no intervenir.
En este tipo de viñedo se trata de mantener un equilibrio en donde se limite la integración de implementos artificiales, privilegiando siempre el uso de elementos naturales u orgánicos. Todo para que el cultivo sea lo más puro posible.
En una viña biodinámica se entiende el campo como un todo, que se automantiene y que al cabo de un tiempo logra un equilibrio en la biodiversidad del lugar. Así se produce una regeneración de los suelos y de todo el ecosistema de ese lugar
Como vimos en el blog ¿Qué importancia tienen los procesos en una viña orgánica o biodinámica?, la denominación de “biodinámica” es una certificación registrada con una estricta serie de requerimientos y, por lo mismo, debe tener el reconocimiento de la asociación Demeter, en base a las enseñanzas de Steiner sobre la agricultura biodinámica.
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