Descubre cómo funciona una bodega para añejar vinos

Algunos vinos se caracterizan por su capacidad de mejorar con el paso del tiempo, proceso que por lo general se lleva a cabo en una bodega. Aquí te contamos qué pasa en esta etapa.  

Como debes saber, una bodega puede ser una construcción, edificio o lugar subterráneo cuya finalidad es la producción y almacenamiento del vino para ser distribuido posteriormente. Ahora, como explica el sitio Vinetur, éstas se pueden clasificar según el trabajo que se hace en ellas. 

Hay bodegas exclusivamente de elaboración; otras de elaboración y venta; de elaboración, conservación y venta: de fraccionamiento y de almacenamiento. Justamente las últimas son aquellas que permiten guardar vinos y mejorar su calidad. 

Como ya mencionamos, existen muchos vinos que luego de un tiempo logran revelar todo su potencial. Sin embargo, para llevar a cabo esta transformación, se requiere del trabajo que realiza el enólogo a cargo y su equipo.

Asimismo, la bodega debe disponer de ciertas condiciones de temperatura, luz, humedad, ventilación, entre otros aspectos, aparte de toneles y barricas en los que se almacene el vino y se deje madurar. Es decir, no es un proceso que se produce de manera espontánea o sin control. 

Tal como vimos en el artículo Cómo se hace un vino,  al final del proceso de elaboración, se llega a la etapa de limpieza del vino. Este es el primer paso en la guarda o crianza y es  llamado trasiego. En esta etapa se deja que el vino descanse en un lugar fresco. ¿Por qué? Tal como explica este artículo, cuando el vino está recién fermentado suele llenarse de partículas. Estas pueden ser o provenir de levadura muerta, fragmentos de uvas o cualquier tipo de sedimento. Y, ¿qué es lo que ocurre al reposar? La mayoría de estas partículas se hunde, así que cuando el vino se vacía en otro contenedor, el sedimento queda en el fondo y, por lo general, no se traspasa. 

Posteriormente, en algunas bodegas, se aclara el vino a través del proceso de afinado. Este consiste en agregarle una sustancia similar a la gelatina, que se usa para atrapar las partículas que continúan flotando y así eliminarlas.

Luego, en tanques de acero inoxidable o barricas de roble, comienza el proceso de añejamiento propiamente tal. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos alternativas? Principalmente que el vino que es guardado en acero conserva un sabor limpio y, por lo general, la fruta termina siendo la nota dominante. Esta opción se suele usar con aquellos vinos de consumo inmediato, principalmente en blancos como el Sauvignon Blanc u otras variedades frescas. En cambio, los vinos que son almacenados en barricas de madera, obtienen mayor complejidad y adquieren características que aporta la madera como notas a vainilla, cuero, cacao, especias, asimismo los taninos astringentes. 

Como bien resume Vinetur, la barrica sirve “para el trasiego o separación de sedimentos, para el aporte de sabor al vino y para la fijación y mejora de su color”.

Una vez que se cumple el tiempo de guarda y el enólogo considera que ha alcanzado los resultados esperados, se pasa al embotellamiento. Si se trata de vinos tintos de cuerpo ligero o mediano, pueden ser embotellados luego de 6 a 12 meses en guarda. Pero los vinos más complejos, se pueden dejar durante más años en barricas u otros contenedores.

Ahora, el almacenamiento debe realizarse en un lugar fresco con fluctuaciones mínimas de temperatura. También es recomendable que los vinos queden acostados, así el oxígeno que queda dentro de la botella y también el que se filtra por el corcho, puede seguir suavizando y cambiando los sabores del vino.